¿Qué significa ser auténtico?
El ser humano corriente se podría representar como algo encerrado en una cajita, que él mismo construyó de niño pero que olvidó cómo la construyó y de qué material se compone.
Y que dentro de la cajita vive y va haciendo sus cosas, las que puede hacer, claro.
Sin embargo, a pesar de su cortedad de miras a causa de los límites de la cajita, el ser humano sueña, a veces a lo grande. Y a veces se pone a trabajar para conseguir esos sueños grandes, busca recursos, maneras, establece planes de acción, y muchas veces todo falla, no sabe por qué. Quizás ha puesto sus ojos a lo lejos, solamente, y no se ha fijado en lo que tiene más cerca. No se ha fijado que vive encerrado en una cajita, y por más que sueñe con salir, no puede.
¿Por qué no puede?
Porque la cajita está hecha con tus limitaciones. Las tuyas, las que creaste de niño, de niña, sin querer, fruto de los mandatos parentales, de la escuela, de la calle, de tu cultura. Como cantaba Serrat: "niño, eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca". Que en algunos casos ayudan a vivir felizmente, y en otros casos te reprimen y te hacen creer que eres pequeñito, que no das la talla, que no eres lo suficientemente bueno, que ciertas cosas no las puedes ni soñar. Y eso te lo creíste con toda tu alma, por miedo a perder el amor de tus padres, por miedo a quedarte solo, por miedo a defraudar a alguien.
Aunque el caballo es un animal muy grande, 400 kilos, realmente es como un niño pequeño, porque no juzga y transmite la energía sagrada que muchos de nosotros ha perdido en gran parte. El caballo es un espejo de ti cuando te acercas a él. Si tienes miedo, él lo tendrá de ti: te verá como el depredador que eres. Si te presentas a él con una de tus máscaras, aparentando algo que no eres, el caballo te delatará: no eres coherente, escondes algo, no querrá saber nada de ti. En cambio, si tienes confianza, él la tendrá en ti: te verá como un líder natural, como un alfa.
Puedes llegar como un adulto que se siente pequeñito, y después de una sesión con caballos, puedes salir como un adulto que se ha vuelto grande. Porque la cuestión es hacer más grande tu cajita. ¿Ponemos ahora nombres y apellidos a los componentes de tu cajita?
No escucho, tengo miedo, no valgo, me siento inseguro, no comunico bien, todos pueden conmigo, no me hago valer, me distraigo, no doy la talla, no soy lo suficientemente bueno, he de hacer lo correcto para que me sigan queriendo, ¿Qué será de mi?, generalizo, distorsiono mi percepción de la realidad, mis opiniones las convierto en verdades universales, me descontrolo, etc.
¿Qué te emociona? ¿Qué te llena? ¿Qué te empuja a vivir? ¿Cuál es el sentido de tu vida?
El caballo te ayudará a responder. Cuando lo hagas serás libre, como él, y caerán muchos velos. Habrás hecho grande tu propia cajita, serás auténtico. El caballo es tu espejo.
No le puedes mentir a un caballo.
Es el principio del camino para dejar de mentirte a ti mismo.
Amor, fe, energía, autenticidad, humildad.
El ser humano corriente se podría representar como algo encerrado en una cajita, que él mismo construyó de niño pero que olvidó cómo la construyó y de qué material se compone.
Y que dentro de la cajita vive y va haciendo sus cosas, las que puede hacer, claro.
Sin embargo, a pesar de su cortedad de miras a causa de los límites de la cajita, el ser humano sueña, a veces a lo grande. Y a veces se pone a trabajar para conseguir esos sueños grandes, busca recursos, maneras, establece planes de acción, y muchas veces todo falla, no sabe por qué. Quizás ha puesto sus ojos a lo lejos, solamente, y no se ha fijado en lo que tiene más cerca. No se ha fijado que vive encerrado en una cajita, y por más que sueñe con salir, no puede.
¿Por qué no puede?
Porque la cajita está hecha con tus limitaciones. Las tuyas, las que creaste de niño, de niña, sin querer, fruto de los mandatos parentales, de la escuela, de la calle, de tu cultura. Como cantaba Serrat: "niño, eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca". Que en algunos casos ayudan a vivir felizmente, y en otros casos te reprimen y te hacen creer que eres pequeñito, que no das la talla, que no eres lo suficientemente bueno, que ciertas cosas no las puedes ni soñar. Y eso te lo creíste con toda tu alma, por miedo a perder el amor de tus padres, por miedo a quedarte solo, por miedo a defraudar a alguien.
Aunque el caballo es un animal muy grande, 400 kilos, realmente es como un niño pequeño, porque no juzga y transmite la energía sagrada que muchos de nosotros ha perdido en gran parte. El caballo es un espejo de ti cuando te acercas a él. Si tienes miedo, él lo tendrá de ti: te verá como el depredador que eres. Si te presentas a él con una de tus máscaras, aparentando algo que no eres, el caballo te delatará: no eres coherente, escondes algo, no querrá saber nada de ti. En cambio, si tienes confianza, él la tendrá en ti: te verá como un líder natural, como un alfa.
Puedes llegar como un adulto que se siente pequeñito, y después de una sesión con caballos, puedes salir como un adulto que se ha vuelto grande. Porque la cuestión es hacer más grande tu cajita. ¿Ponemos ahora nombres y apellidos a los componentes de tu cajita?
No escucho, tengo miedo, no valgo, me siento inseguro, no comunico bien, todos pueden conmigo, no me hago valer, me distraigo, no doy la talla, no soy lo suficientemente bueno, he de hacer lo correcto para que me sigan queriendo, ¿Qué será de mi?, generalizo, distorsiono mi percepción de la realidad, mis opiniones las convierto en verdades universales, me descontrolo, etc.
¿Qué te emociona? ¿Qué te llena? ¿Qué te empuja a vivir? ¿Cuál es el sentido de tu vida?
El caballo te ayudará a responder. Cuando lo hagas serás libre, como él, y caerán muchos velos. Habrás hecho grande tu propia cajita, serás auténtico. El caballo es tu espejo.
No le puedes mentir a un caballo.
Es el principio del camino para dejar de mentirte a ti mismo.
Amor, fe, energía, autenticidad, humildad.