- “Yo soy tartamudo” implica que en esencia soy tartamudo desde que aparece por primera vez hasta que me muera, es decir, soy tartamudo las 24 horas del día y todos los días del año. Implica que la tartamudez es algo fijo, inherente a la persona, de la misma manera que alguien es bajito, alto, de cuerpo grande, etc. durante años y años hasta el final de su vida.
- “Yo tartamudeo” indica que la tartamudez es una acción, un proceso en marcha que unas veces aparece y otras desaparece. Es lo que realmente ocurre con nosotros y nosotras: los bloqueos del habla o las repeticiones de sílabas o palabras aparecen y desaparecen. ¡¡¡Cuántos de nosotros y nosotras nos hemos “pillado” alguna vez hablando de manera espontáneamente fluida!!!! Y cuántos de nosotros hablamos fluidamente cuando estamos solos y no nos ve nadie, o cuando nos sentimos cómodos hablando con alguien.
Por
eso me parece más oportuno hablar de Personas Que Tartamudean (PQT).
No convienen las definiciones absolutas, porque todo cambia a cada
momento. El “yo soy así y nada me va a cambiar” no sirve, no es
natural, porque todo en la naturaleza cambia constantemente. Muchas
personas que antes tartamudeaban, ya no lo hacen. John Harrison es
una de ellas, después de pasar por un fructífero proceso de
desarrollo personal. Yo también estoy pasando por este proceso. Y
muchas otras personas.
Para
transformar las palabras secuestradas en palabras libres hemos de
realizar nuestro proceso, como la oruga encerrada en su capullo y que
al final sale volando como mariposa. Por muy encerrados que estemos
en nosotros mismos, en realidad estamos en pleno proceso de
transformación y tenemos unas alas preciosas que están esperando
abrirse para volar, para disfrutar de la libertad de ser amos y
dueños de nuestras palabras. Esto ha sido siempre así, desde hace
miles de años. Sócrates enseñaba eso, a tomar conciencia de las
alas y volar. De ahí viene el coaching. Por eso el coaching aplicado
a la tartamudez es tan potente.
Mi enhorabuena por cuestionarte cómo hablar de tu tartamudez y de tu condición de persona que tartamudea, Juan Miguel, porque reflexionar sobre cómo hablamos es hacerlo sobre cómo pensamos y porque de cómo pensamos/valoramos la realidad depende una gran parte de la misma, incluida la discriminación a la que sometemos a muchos seres humanos.
ResponderEliminarMi referencia directa no es Estados Unidos, pero voy a hablar de lo que he aprendido leyendo a otras personas y reflexionando al respecto y, también, de lo que por ahora he elegido sentir. La diferencia que expones entre “Yo soy tartamudo” y “Yo tartamudeo” es incompleta porque no mencionas que la primera expresión limita a la persona, la reduce a uno de sus aspectos, con la agravante de que ese aspecto es mayoritariamente contemplado como negativo. Es como si alguien con autismo dijera “Yo soy autista”, o alguien que tiene una paraplejia dijera “Yo soy parapléjico”, o alguien que tiene SIDA dijera “Yo soy sidoso”. ¿A que nadie con cáncer dice que “Yo soy canceroso”? Por mucho que nos quieran hacer creer lo contrario, TENER y SER no significan lo mismo, como explica muy bien este vídeo de Menchu Gallego: http://www.youtube.com/watch?v=xjEtoTlxgg8
Por lo demás, la parte final de tu entrada hace sentir que la tartamudez secuestra nuestras palabras, y ésa es una visión parcial. Yo soy ama y dueña de mis palabras siendo una persona que tartamudea, pero comprendo que tú no lo seas y que, por ello, creas que para ser amo y dueño tienes que superarte o curar tu tartamudez... a través del coaching o de lo que sea.
Sí, tienes razón. Hace mucho tiempo que me di cuenta que decir "yo soy tartamudo" es decir que no destaco nada más de mi, es decir, que ser tartamudo está por encima de mis virtudes, mi profesión, mi capacidad de amar y hacer el bien, mis proyectos, mi paternidad, etc. Como bien dices, decir "yo soy tartamudo" es auto-limitarte. En cuanto al párrafo final, me he dado cuenta del residuo del pasado que tengo dentro de mi cuando hablo de palabras secuestradas. Todo lo que decimos y hacemos delata lo que tenemos dentro. Lo de palabras secuestradas es un recuerdo en mi, pero es una realidad angustiosa y actual en muchas personas que tartamudean. Es un recuerdo en mi porque desde hace unos pocos años doy conferencias, clases y hablo por radio. Me quité de encima el miedo a hablar, aunque sigo tartamudeando. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
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