Estaba
hablando con una señora mayor que no conocía de nada, y hablábamos
en catalán. Esa señora, como notaba que me costaba hablar, me dijo,
inocentemente, claro está, con un fuerte acento catalán: “¡Ya me
puede hablar castellano si le es más fácil!”. Yo solté una
carcajada inmensa y le dije, riéndome de aquella situación: “¡No,
es que sóc tartamut!” (¡No, es que soy tartamudo!). Era la
primera vez que “confesaba” mi tartamudez, y me quedé muy ancho,
muy satisfecho. Me acepté. Después de aquello, mi recuperación
empezó a dar pasos de gigante.
Otro
gran momento fue cuando empecé a investigar sobre la tartamudez y
descubrí los escritos de John Harrison en internet. Su historia de
superación de la tartamudez y su modelo del hexágono me indicaron
el camino. Su visión no tiene nada que ver con la visión
mecanicista de la tartamudez: había bloqueos del habla no por
defecto “mecánico”, sino porque había bloqueos internos previos (creencias limitantes, percepción distorsionada de
la realidad, miedo y ansiedad exagerada, evitación, etc.). Si son
los bloqueos internos de la persona los que se somatizan en bloqueos
en el habla, la cuestión es trabajar esos bloqueos internos para
poder emprender la disolución de los bloqueos en el habla.
Después
vino la gran experiencia en el teatro: “Vidas Melódicas”, del
gran Bertus Compañó, la obra que la Fundación hizo para dignificar
a la tartamudez dentro de la sociedad, que tanta repercusión tuvo en
su día. Mi papel era el de un futuro presidente del gobierno con
tartamudez, dando su discurso ante un gran auditorio sobre cómo
superar las dificultades. Aquel discurso me lo hice mío, era yo,
Juan Miguel Lorente González, no un actor, quien hablaba delante de
700 personas en el Auditori de Granollers. Aquella experiencia me
gustó y decidí que debía continuar exponiéndome al público. Por
eso me “atreví” a dar conferencias, ya llevo unas cuantas.
Después vino el Máster de Coaching Ejecutivo y Personal en la
Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, que me abrió en canal.
Después más conferencias y empecé a participar dando cursos, hasta
la actualidad.
Y
gracias a John Harrison, de nuevo, que descubrí el gran trabajo
sobre la tartamudez que se está haciendo en Estados Unidos y que
está dando muchos frutos. Hay muchos casos de disolución de los
bloqueos del habla, gracias a la utilización de la PNL (Programación
Neuro-Lingüística) y la Neuro-Semántica. Estas herramientas son
una inmensa fuente de recursos para el Coaching y que están ayudando
a miles y miles de personas que tartamudean a superar la tartamudez.
Ya
sabéis cuál es mi visión del Coaching como herramienta potentísima
para al cambio personal y social, y ya sabéis que tartamudeo, “por
el momento”. Recordando a Viktor Frankl, el sentido de mi
existencia ya lo descubrí: mi profesión, mi vocación, mi misión,
mi lugar en el mundo es la de ser coach, en especial coach para personas que
tartamudean, para acompañarlas a hacer salir el gigante que
llevan dentro, ese que está deseando expresarse con libertad y con
autenticidad. El Coaching ayuda a las personas a sacar la grandeza
innata de sus pechos, para dejar de sentirse pequeñitas. En el ser
humano hay un tesoro escondido que pide a gritos ser rescatado, y el
Coaching es una herramienta fantástica para permite excavar y
rescatar el tesoro.
Aprovecho
para mostrar mi profundo agradecimiento a la Fundación Española de
la Tartamudez y a ATCAT (Associació de la Tartamudesa de CATalunya).
Dentro de las actividades de ATCAT para el año 2014, en breve os
presentaré nuestro Proyecto Palabras Libres/Free Words Project.
Tanto en la Fundación como en ATCAT hay grandes personas trabajando
por nuestro bienestar.
A
todas las personas que me leen, ofrezco mis servicios de Coaching a
personas que tartamudean y lo más importante, que se “atrevan” o
“quieran” dar el gran cambio en sus vidas. Y también, claro
está, a personas que sin tener ningún problema en el habla, se
“atrevan” o “quieran” dar el gran cambio en sus vidas. Yo
estoy a Arenys de Mar (Barcelona). Si las grandes distancias hacen
difícil encontrarnos, podemos quedar via skype o por teléfono, pero
lo mejor es vernos, no hay nada mejor que el contacto personal cara a
cara. Y por mis honorarios, no os preocupéis, ya lo arreglaremos.
Un
abrazo.
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