INTRODUCCIÓN
A LA NEURO-SEMÁNTICA DE LA TARTAMUDEZ (parte 5)
Otro
dato revelador aportado por Wendell Johnson fue que entre algunas
tribus indias de Norte-América no había casos de tartamudez,
incluso no tenían palabra para denominarla. Pero sí había casos de
tartamudez en otras tribus. Esto me llevó a buscar el estudio sobre
este tema, y lo encontré. Es el estudio titulado “The
problem of stuttering in certain North American Indian societies”
(El problema de la tartamudez en ciertas sociedades indias
norteamericanas), de Joseph Stewart, asistente de Wendell Johnson en
la Universidad de Iowa (Este estudio se puede descargar de internet en pdf).
En
este mismo texto también cita otros estudios de campo en otros
lugares del planeta, y se descubrió que algunas tribus de Nueva
Guinea, Nigeria o India tampoco conocían la tartamudez ni habían
casos. Por aquí hay mucho que reflexionar acerca de la naturaleza de
la tartamudez.
La
pregunta es: ¿hay algo en nuestra cultura que favorezca la aparición
de la tartamudez? No sería extraño, porque la nuestra es la
sociedad del miedo, tal como refleja Eduardo Galeano en su poema
“Miedo global” ( http://yorecomiendo.wordpress.com/2006/11/08/el-miedo-global-de-eduardo-galeanola-gran-orquesta-republicana/).
Y
también la nuestra es la sociedad del juicio negativo. Y no me
refiero solamente a la cultura occidental del “hombre blanco”. El
hecho que el 1 por ciento de la población mundial tartamudee me hace
pensar que debe haber algo cultural a escala planetaria, algo de lo
que sin embargo carecían esas tribus de Norte-América, Nueva
Guinea, Nigeria o India, algo
que favorece que haya personas que un día comiencen a sentir miedo a
hablar, a sentirse juzgados negativamente por su interlocutor y
acaben por tartamudear sin saber qué hacer para evitarlo.
¿Será
esa persistencia en juzgar al otro, a uno mismo, a lo que sucede,
como bueno, malo, correcto, incorrecto, adecuado, inadecuado, tonto,
listo, útil, inútil, etc.?
¿Será
a lo que se refirió el gran psicólogo Carl Jung cuando después de
visitar la reserva de los indios Pueblo en Nuevo México cambió
totalmente su visión del ser humano? El jefe indio calificó al
“hombre blanco” como loco porque “piensa con la cabeza”. Jung
se sorprendió y le preguntó cómo pensaban los indios Pueblo. La
respuesta fue: “pensamos con el corazón”. Pensar con el corazón
(amor, compasión y respeto profundo) versus pensar con la cabeza
(tener la razón, montarnos películas y juzgar negativamente).
Reflexión
ante lo escrito: ¿cómo es que nadie en ninguna familia o ninguna
guardería, al observar a un bebé de uno o dos años que está
aprendiendo a caminar, que se cae y se levanta, se vuelve a caer y se
levanta, y así muchas veces, nunca se le ocurre decir al bebé: “eh,
niño, que no caminas bien, concéntrate, piensa bien antes de dar un
paso para que no te caigas, pareces tonto…”? A nadie, creo yo,
se le ocurriría decirle a un bebé estas barbaridades. Pero en el
caso del lenguaje, la cosa cambia. Ante las primeras imperfecciones
del habla temprana infantil (repeticiones de sílabas, bloqueos,
etc.), una pequeñísima parte (insisto, pequeñísima parte) de
padres, madres, familiares, médicos o maestros se ponen en guardia,
ansiosos, se asustan y empiezan a criticar o juzgar: “el niño
habla mal” o “el niño ha salido tartamudo”. Esta ansiedad y
este juicio se transmite al niño como un rayo. El niño empieza a
tener miedo a hablar. En estos casos la tartamudez aparece para
quedarse.
En
otros casos: todavía es un misterio los niños que han desarrollado
tartamudez habiendo nacido y sido educados en un ambiente afectuoso y
feliz.
Por
otro lado, Bert Hellinger relató un caso de superación de la
tartamudez en una sola sesión de sus constelaciones familiares, por
aquí creo yo que también se puede trabajar la tartamudez (http://www.mantra.com.ar/Entrevistas/hellinger2.html).
Y tema diferente es el caso de muchos niños y adolescentes fluidos, sin ningún problema del habla, que de repente desarrollan rápidamente la tartamudez después de un suceso traumático. De esto también hablaremos.
Y tema diferente es el caso de muchos niños y adolescentes fluidos, sin ningún problema del habla, que de repente desarrollan rápidamente la tartamudez después de un suceso traumático. De esto también hablaremos.
En
cuanto a la genética y al buscado y aparentemente encontrado gen de
la tartamudez, más adelante hablaremos de cómo la calidad de
nuestros pensamientos modifica la genética de cada célula de
nuestro cuerpo. De nuevo vamos a parar a la Neuro-Semántica.
Es
importantísimo concienciarse de la importancia que tienen las
palabras que nos decimos a nosotros mismos y las palabras que nos
llegan de nuestro entorno. Hay palabras que te llevan a lo mejor de
ti, y hay palabras que te pueden hundir. Por eso que dejar de juzgar
negativamente es un tema clave en la tartamudez.
En
vez de juzgar, jugar, sin la zeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, gracias por dejar tu comentario.